Se acerca la furgoneta que tose
en la noche fría, recién nacida,
buscando harapos que aún huelen a vida,
trenzando estertores con los olores
abandonados, escucha sus voces
que encuentran, en la basura, salida
al velo de tantas tardes descosidas,
a la opulencia de tantos sudores.
Ya llega, para darle rienda suelta
a rasgar las vestiduras de nuevo,
a tanta inmundicia que es sólo nuestra.
No espera encontrar luz en tus espejos,
ni buscar en tu cívica vergüenza
restos de margaritas con sus cerdos.
martes, 10 de marzo de 2009
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