Fin de semana de muchas cosas y todas estupendas, cada vez me estoy enganchando más al Madrid que me muestra mi amigo Luter, yo que tanto he criticado al Corazón de la Bestia...
Me llevo a casa un montón de recuerdos (algunos no me los puedo quitar de encima, me persiguen a todas horas, jodida perversión) y una amistad que crece de forma desbordante.
El concierto con Insolenzia me pareció acojonante, fue como volver a encontrarme a mí mismo, volver a disfrutar encima de un escenario y ver cómo los míos, los de siempre (Félix, Isabel y Benito) disfrutaron como antaño y nos quitamos un peso de encima. Hacia Diego y hacia Luis, sólo palabras de agradecimiento, ¡esto funciona!
Increíble la colaboración de Luter en "Corazones abiertos y puños cerrados", de Fauno en "Caliente Infierno" y de Luter y Alfonso (Desastre) en la versión de Los Suaves.
También quisiera hablar de la presencia de aquellos que se desplazaron la hostia de kilómetros para vernos, especialmente Vanessa, Raúl y Laura (gracias, gracias, gracias).
El sábado el Luter fue el estupendo anfitrión que siempre encontramos en Madrid. Desayuno en Los Granaínos, comida en el Alcazar (¿por qué siempre tengo la sensación de pegarnos todo el día comiendo y bebiendo?). Por la tarde a montar canciones al parque, como los buenos.
Y por la noche una presentación de los libros mucho más larga de lo que pensábamos, espero no haber cansado mucho a la peña. Después otra vez a la noche madrileña, esa que guarda estupendas sorpresas.
Hay imágenes que no podré olvidar, ¡vaya pareja! Os debo un relato que me pondré a escribir en breve. Y le debo algo a Lacoma, ese barrio que es Madrid.
Al Luter le regalaré un poema que llevará por título "Caballero de mirada transparente"
martes, 19 de mayo de 2009
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