Chapotean en mis versos
latigazos de legañas,
arañas que tejen cercos
y anhelos de Viridianas.
Puede ser que en mi silencio
tenga un sitio para ti.
Canturrean pegadizas
las tripas de las cadenas,
las condenas sibilinas
que liman mentira y guerra.
Puede ser que en mi silencio
tenga un sitio para ti.
Juguetean con descaro
el barro, el agua y el torno,
el horno será el camposanto,
mis manos sal en los ojos.
Puede ser que en mi silencio
tenga un sitio para ti.
Bailotean de puntillas
Lascivia y Sor Timidez,
mi sed bebe en la mirilla,
brilla desnuda tu piel.
Puede ser que en mi silencio
tenga un sitio para ti.
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